¿Cómo pasar el Ramadán?
Una vez, el Profeta Muhammad (ﷺ) dijo: “Acercaos al púlpito”. Los Compañeros se acercaron al púlpito. Cuando el Profeta (ﷺ) puso su pie bendito en el primer escalón del púlpito, dijo: “¡Ameen!” Cuando lo colocó en el segundo escalón, volvió a decir: “¡Ameen!” Y cuando lo colocó en el tercer escalón, dijo una vez más: “¡Ameen!” Cuando él (ﷺ) hubo terminado el sermón y bajó, los Compañeros preguntaron: “Hoy te hemos oído decir algo al subir al púlpito que nunca antes habíamos oído.” El Profeta (ﷺ) dijo: “Cuando pisé el primer peldaño, Gabriel (sobre quien sea la paz) se presentó ante mí y dijo: ‘Condenada es la persona que encuentra el bendito mes de Ramadán y sin embargo no es perdonada.’ Dije: ‘¡Ameen!’ Luego, cuando pisé el segundo escalón, dijo: ‘Condenada es la persona en cuya presencia se menciona tu nombre y no envía bendiciones sobre ti’. Dije: ‘¡Ameen!’ Y cuando pisé el tercer escalón, dijo: ‘Condenada es la persona cuyos padres o uno de ellos llegan a la vejez y no entra en el Paraíso sirviéndoles’. Dije: ‘¡Ameen!
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ToggleRamadán es el mes del perdón
El Ramadán es una oportunidad tan dorada que si uno se esfuerza, un Ramadán es suficiente para perdonar todos los pecados. La persona que ayuna en Ramadán y lo hace creyendo que todas las promesas de Allah Todopoderoso son ciertas, y que Él otorgará la mejor recompensa por todas las buenas acciones, el Profeta Muhammad (ﷺ) ha dicho
حَدَّثَنَا مُسْلِمُ بْنُ إِبْرَاهِيمَ، حَدَّثَنَا هِشَامٌ، حَدَّثَنَا يَحْيَى، عَنْ أَبِي سَلَمَةَ، عَنْ أَبِي هُرَيْرَةَ ـ رضى الله عنه ـ عَنِ النَّبِيِّ صلى الله عليه وسلم قَالَ ” مَنْ قَامَ لَيْلَةَ الْقَدْرِ إِيمَانًا وَاحْتِسَابًا غُفِرَ لَهُ مَا تَقَدَّمَ مِنْ ذَنْبِهِ، وَمَنْ صَامَ رَمَضَانَ إِيمَانًا وَاحْتِسَابًا غُفِرَ لَهُ مَا تَقَدَّمَ مِنْ ذَنْبِهِ “.
Narrado por Abu Huraira: El Profeta (ﷺ) dijo: “Quien establezca oraciones en la noche de Qadr por fe sincera y esperando una recompensa de Alá, entonces todos sus pecados anteriores le serán perdonados; y quien ayune en el mes de Ramadán por fe sincera, y esperando una recompensa de Alá, entonces todos sus pecados anteriores le serán perdonados.” (Sahih al-Bujari)
La fe y la responsabilidad significan tener una creencia completa en todas las promesas de Alá Todopoderoso, tener la intención de obtener recompensa por cada acción, buscar la sinceridad por el bien de Alá y Su complacencia, y considerar la voluntad de Dios en el momento de cada acción. La fe y la responsabilidad son lo que eleva las acciones de una persona de lo terrenal a lo divino. Esencialmente, lo que falta no es la mala intención entre los musulmanes, sino más bien la ausencia de intención; es decir, no hacen intención alguna. Realizamos la ablución, pero no fijamos una intención; realizamos otros pilares del Islam, pero la fe y la responsabilidad no se tienen presentes. Cuando muchas personas realizan una tarea, ésta se convierte en un mero ritual. El ayuno se convierte en un entorno común; en tales circunstancias, uno puede ayunar por miedo a que si no lo hacemos, ¿qué sentido tiene comer y beber en secreto? Este pensamiento destruye el espíritu del ayuno. A menudo, en las enfermedades, uno tiene que permanecer hambriento, y a menudo, en los viajes, no hay comida disponible; por lo tanto, la esencia del ayuno no es sólo permanecer hambriento, sino cumplir con el mandato de Alá, renunciar a aquello de lo que se nos ha pedido abstenernos.
Signos e Indicios de la Aceptación de las Acciones
La singularidad y la popularidad de un acto de adoración se evidencian en el hecho de que su realización engendra sentimientos de ternura, dulzura, humildad y modestia dentro del corazón. Sin embargo, cuando ocurre lo contrario y surgen el orgullo, la arrogancia y la autoadmiración, entonces uno debe darse cuenta de que nuestra adoración no ha sido aceptada; ha habido una deficiencia en ella. Por lo tanto, es esencial mantener la fe y la responsabilidad propia a la vista y mantener su presencia para eliminar estos rasgos. Observar un ayuno sin intención reflexiva o realizar cualquier acto de adoración sin sentido es inútil. Una persona comentó: “Ayuno porque la alegría que llega en el momento de romper el ayuno no se parece a ninguna otra bendición del mundo”, aunque no tuviera fe en Alá Todopoderoso. Debemos refrescar nuestra intención varias veces durante el día y tenerla siempre presente. El Noble Mensajero (ﷺ) dijo que el hijo de Adán recibiría una recompensa de diez a setecientas veces por cada acción, pero Alá dijo: “Excepto por el ayuno, porque es para Mí, y Yo daré la recompensa por él”.
الصَّومُ لِي وَأَنَا أَجْزِي به
Esta persona me deja todas las cosas queridas, por eso yo mismo me vengaré.
Las acciones generan poder
El segundo punto es que todos los pilares de la fe generan fuerza; es decir, un acto de adoración resulta ser de apoyo para otro y se convierte en una fuente de refuerzo. Al igual que un tipo de alimento sirve de apoyo a otro, del mismo modo, el cumplimiento de una obligación ayuda al cumplimiento de las demás y les proporciona fuerza. No se trata de que cada pilar esté separado. Aunque el deber y la importancia de cada uno son indudablemente significativos por derecho propio, no están separados el uno del otro, sino que están ahí para ayudarse mutuamente. Del mismo modo que el ayuno genera fuerza para el culto de los once meses enteros del año, el ayuno crea entusiasmo y energía para la realización de otros actos de culto.
El propósito del ayuno es ganar control sobre el yo
El tercer punto es que el propósito del ayuno es ganar control sobre el yo, y debido al ayuno, el control del yo se hace más fácil, se genera la pasión y el entusiasmo por la religión, y hay agudeza en la realización de los actos de adoración. Es el mandato de Alá Todopoderoso:
يَـٰٓأَيُّهَا ٱلَّذِينَ ءَامَنُوا۟ كُتِبَ عَلَيْكُمُ ٱلصِّيَامُ كَمَا كُتِبَ عَلَى ٱلَّذِينَ مِن قَبْلِكُمْ لَعَلَّكُمْ تَتَّقُونَ ١٨٣
Oh vosotros que creéis, se os han impuesto los ayunos como se les impusieron a los que os precedieron, para que seáis temerosos de Dios, (2:183)
Algunas personas han interpretado ‘Qawi’ con respeto, significando que en cada acto realizado, uno debe mantener la consideración: si este acto está de acuerdo con la voluntad de Alá o no, distinguiendo entre lo que está permitido (Halal) y lo que está prohibido (Haram). De este modo, se convierte en una práctica que se convierte en naturaleza, del mismo modo que uno siente vacilación al comer y beber el día del Eid porque se había acostumbrado a no comer ni beber durante el día durante un mes; así, comer y beber le resulta contrario a la costumbre.
El mes de la caridad y la limosna
En este mes, aumente en dar caridad y limosna. El Mensajero de Alá (ﷺ) se refirió a este bendito mes como
شَهرُ الْبِرِّ وَالْمُوَاسَاةِ
Se ha dicho, que significa el mes de la bondad y el cuidado. Esto significa que debe haber más atención hacia Alá, y más participación en las caridades y limosnas, rastreando las condiciones de la gente para averiguarlas, y enviándoles regalos y obsequios. Hay muchos siervos de Alá que sólo se encuentran en la mezquita para romper el ayuno y luego se quedan con hambre. Por lo tanto, hay que identificar a esas personas necesitadas y ayudarlas. El Mensajero de Alá (ﷺ) solía ocuparse mucho de esto. Se menciona respecto a él
أَجْوَدُ النَّاسِ صَدْراً
Esto significa: “Es decir, era el más generoso del pueblo”.
Luego viene otra ocasión:
فَلَهُوَ أَجْوَدُ مِنَ الرِّيحِ الْمُرْسَلَةِ
Esto significa que fueron generosos como una tempestad, participaron activamente en ella y ayudaron de todo corazón a los pobres, las viudas y los huérfanos.
El mes del arrepentimiento y la búsqueda del perdón
La gente debe comprender que no somos capaces de adorar a Alá Todopoderoso como se merece; ni siquiera podemos arrepentirnos adecuadamente o buscar el perdón. Por lo tanto, debemos ayudar a los hambrientos, a los desvalidos y a los necesitados, para que si el corazón de uno de los siervos de Alá se complace, Alá Todopoderoso pueda aceptarlo y cumplir nuestro propósito. Nuestra adoración, nuestra recitación, nuestras oraciones no son dignas de aceptación, pero gastar en el camino de Alá puede ser aceptado por Él. En este mes, deberíamos centrarnos plenamente en la caridad y la limosna. Y debemos prepararnos para beneficiarnos plenamente de este mes. Se menciona en el hadiz
حَدَّثَنَا أَبُو كُرَيْبٍ، مُحَمَّدُ بْنُ الْعَلاَءِ حَدَّثَنَا أَبُو بَكْرِ بْنُ عَيَّاشٍ، عَنِ الأَعْمَشِ، عَنْ أَبِي صَالِحٍ، عَنْ أَبِي هُرَيْرَةَ، عَنْ رَسُولِ اللَّهِ ـ صلى الله عليه وسلم ـ قَالَ: “إِذَا كَانَتْ أَوَّلُ لَيْلَةٍ مِنْ رَمَضَانَ صُفِّدَتِ الشَّيَاطِينُ وَمَرَدَةُ الْجِنِّ وَغُلِّقَتْ أَبْوَابُ النَّارِ فَلَمْ يُفْتَحْ مِنْهَا بَابٌ. وَفُتِحَتْ أَبْوَابُ الْجَنَّةِ فَلَمْ يُغْلَقْ مِنْهَا بَابٌ. وَنَادَى مُنَادٍ: يَا بَاغِيَ الْخَيْرِ أَقْبِلْ. وَيَا بَاغِيَ الشَّرِّ أَقْصِرْ. وَلِلَّهِ عُتَقَاءُ مِنَ النَّارِ. وَذَلِكَ فِي كُلِّ لَيْلَةٍ ” .
Se narró de Abu Hurairah que el Mensajero de Alá (ﷺ) dijo: “Cuando llega la primera noche de Ramadán, los satanes y los genios traviesos son encadenados, y las puertas del Fuego se cierran y ninguna de sus puertas se abre. Las puertas del Paraíso se abren y ninguna de sus puertas se cierra. Y un llamador grita ‘Oh buscador del bien, prosigue, oh buscador del mal, detente’. Y Alá tiene cuellos (de personas) a las que libera (del Fuego), y eso ocurre todos los días”. (Sunan Ibn Majah)
Viene en otro lugar que Alá Todopoderoso preguntará al siervo el Día del Juicio: ‘Oh siervo, estuve enfermo y no Me visitaste; tuve hambre y no Me alimentaste’. El siervo responderá humildemente: ‘¡Oh Santo Señor! ¿Cómo puedes enfermarte? ¿Cómo puedes tener hambre?’ Alá Todopoderoso dirá: ‘Mi siervo fulano estaba enfermo, si le hubieras visitado, Me habrías encontrado allí. Mi siervo fulano estaba hambriento, si le hubieras dado de comer, Me habrías encontrado allí presente’.
El mes de la simpatía y la compasión, el sacrificio y el bienquerer
Por ello, es esencial que se preste ayuda a los necesitados y a las viudas, a los pobres y a los indigentes. Hay que concertar los matrimonios de las niñas pobres. Si no lo hacemos, Alá Todopoderoso nos pedirá cuentas el Día del Juicio y llevará a cabo una investigación rigurosa. La riqueza que gastamos no es nuestra sino un fideicomiso de Alá. Si la gastamos en festividades, estamos obrando mal; si la malgastamos innecesariamente, estamos actuando ilícitamente. No nos está permitido despilfarrarla; deberíamos preocuparnos por cuántas viudas y huérfanos hay, cuántos necesitados e indigentes requieren ayuda. Deberíamos gastar en lugares donde podamos ayudar a los demás y donde Alá Todopoderoso estaría complacido.